(Nota del Editor: ante la proliferación de antenas 5G actualizamos este reportaje de 2019)

Jaime Torres Torres

Prensa sin censura-Ambiente

Con la tecnología 5G, que ya han establecido las compañías Claro PR y Liberty/AT&T, la gente ya se cocina lentamente, por lo que su implantación es letal para la ciudadanía ya no se ha regulado su uso y se protege a las personas.

Eso lo advirtió hace dos años la Dra. Sandra Cruz-Pol en declaraciones exclusivas para este medio alternativo.

La científica y experta en electromagnética explicó que el 5G E de AT&T es la generación 5 Evolución, que en realidad es 4GE LTE, usando ese mismo 'hardware', pero con una velocidad más rápida.

"Y está el 5G real que es lo que viene por ahí, que están poniendo el equipo por varias ciudades, sobre todo en las más pobladas en todo Estados Unidos y Puerto Rico. Esa sí utiliza una frecuencia mucho más alta que la que usan normalmente los teléfonos celulares, que son bandas de cientos a 2, 300 megahercios, que iría en 24 gigahercios y son capaces de proveer una velocidad mucho mayor en términos de megabytes por segundo para descargar videos, ver películas súper rápido y enviar videos en vivo pero a una velocidad y resolución bien alta por Internet. Es mover el espectro y para eso necesitas unas licencias, a unas frecuencias mucho más altas. La pregunta es si esas frecuencias tienen efectos distintos o mayores en la biología de los seres humanos", ilustro Cruz-Pol, catedrática del Recinto Universitario de Mayagüez y autora de varios libros, siendo el más reciente "RF Spectrum Management: An Introduction to the Radio Frequency Spectrum Management at National and International Levels", que publica tras su temporada de trabajo en el National Academies of Sciences (NAS), hoy National Academy's I'd Science, Engineering and Medicine (NASEM).

Dra. Sandra Cruz Poll.

Conforme a los hallazgos de investigaciones realizadas en años recientes, la frecuencia de 24 gigahercios para la que han obtenido licencias está bien cerca de lo que se conoce como la resonancia de vapor de agua, explicó Cruz-Pol.

"Eso hace dos cosas: primero, que la señal se hace más atenuada. Con la humedad del aire o de un aguacero leve se atenúa y por lo tanto necesita una red más densa con muchas antenitas para repetir todo eso, complementado con fibra óptica. El segundo punto es que al estar tan cerca de la molécula de agua, cuando las personas somos de un 60 a 70% de agua, al usarse una frecuencia más alta, que la que se usa ahora (2.3 gigahercios, que se usa en los hornos microondas para cocinar) imagínate qué sucederá si subimos de 2.3 a 25 gigahercios. Estar resonando con la molécula de agua es la preocupación. Aunque las compañías hacen ajustes, no hay suficientes estudios científicos para ver cómo afectaría la magnitud en que van a tener que decodificar o establecer todos estos equipos en una red tan densa que necesita cantidad mucho mayor de transmisores y receptores", advirtió.

Lo cierto es que es bastante satisfactoria la velocidad con que muchas personas manejan, navegan y acceden sus contenidos por Internet. La pregunta es: ¿por qué es necesario más, si va en detrimento de la salud y seguridad de las personas?

"Es una excelente pregunta. La mayoría de la gente dice: 'estoy bien. No necesito arriesgar más mi salud para tener una velocidad más alta'. Pero en realidad la excusa de ellos es que la gente lo quiere, lo está pidiendo. La realidad es que mientras más rápida es esta velocidad más la gente va a descargar en todas partes medios de Internet que ellos van a poder vender muchísimo más, pensando en ganancias monetarias", dijo al revelar que entonces AT&T invirtió alrededor de $980 millones durante la implantación de la red 4G.

La doctora Cruz-Pol reaccionó preocupada a la información publicada por Radio sin censura PR en el sentido de que AT&T obtuvo permisos municipales y estatales para instalar antena 5G en Salinas, lo cual coincide con los anuncios de Claro PR sobre la nueva tecnología.

"Me preocupa porque soy una ciudadana que visita distintos sitios. Eso no está solo ahí, sino en todas las ciudades principales, comenzando por Atlanta, Dallas y todos los sitios donde hay mucha población y ya se despliega toda esa tecnología. Ya uno no va a tener control de toda la radiación que recibe".

La exposición a la radiación de celulares, ondas y redes inalámbricas o wi-fi pudiera incidir en migraña, tumores en el cerebro y otras condiciones.

"Hubo un estudio en Londres donde se han duplicado la cantidad de tumores malignos en el cerebro y la razón pudiera ser que mucha gente se pega los celulares a la cabeza, cuando los mismos equipos aclaran que se deben usar a dos pulgadas. Yo los uso a 15 pulgadas. Amo la tecnología, me encanta mi celular y tenerlo todo organizado ahí. No estoy en contra de eso, lo que quisiera es que la gente esté mejor informada para que no se afecte su salud".

En particular, le preocupa el efecto que las nuevas tecnologías pueda tener en la población infantil en edad escolar. "Que ahora nos pongan todas esas frecuencias que resuenan más con las moléculas de agua, tan cerquitas unas de otras, es preocupante. Pienso que deberían tener, como idóneo, algunas paredes cubiertas de mallas metálicas de manera que se pueda aislar o filtrar la frecuencia, sobre todo en las escuelas porque se sabe que los niños son más vulnerables a la radiación porque sus cráneos no están completos. Tal vez es un gasto que la gente no quiere asumir. No lo deben asumir. Lo deben asumir las compañías que están haciendo millones de dólares en esto. Las Naciones Unidas ya han dicho que esto es un posible causante de cáncer".

La experta recomendó a las personas que apaguen sus celulares cuando no los usen y desactiven por las noches las redes inalámbricas o wi-fi.

"La educación es importante para que la gente entienda que es una tecnología fabulosa, pero que también es un riesgo, de manera que puedan tomar decisiones informadas", concluyó.

Al presente, varias comunidades del País luchan contra la instalación de antenas 5G en Luquillo, Salinas y Rincón mientras en Canóvanas, Río Grande, Carolina y Fajardo se instalan centenares sin que la gente se dé por enterada.